Al Internet no le bastó con ser una red de comunicación entre seres humanos. Ahora nos presenta una nueva adaptación, y es el Internet de las Cosas, que a través de la domotización de sus sistemas podrá facultar a todos sus equipos, dispositivos y hasta elementos accesorios o decorativos entre sí para servirnos de ellos. Se sustituye el cableado y los enchufes por chips y sensores que “analizan” y determinan los procesos que hasta el momento eran manuales o mecánicos. Es el futuro, pero es inminente.
Y a qué cosas nos hace referencia el Internet de las Cosas? sencillamente a todo lo que tenemos en nuestras vidas, desde la cama para dormir, el refrigerador, las llaves del vehículo, pasando por lo menos pensado como por ejemplo, la ropa, el reloj, la taza de café zapatos, etc.
La herramienta tecnológica pone a disposición la facilidad de encontrar las llaves del auto cuando estamos apurados y avisar si necesita aceite. Apaga las luces que dejamos encendidas y activa los sistemas de seguridad al salir de la casa u oficina. Esto es cotidianidad, porque la domótica lejos de sus complicaciones científicas, nos trae el Internet a la rutina de la realidad del ser humano.
El mayor acercamiento que tenemos hoy en día al Internet es a través de un computador o dispositivo móvil, es decir por nuestros teléfonos o tabletas , y para vincularnos a ellos utilizamos el teclado. Por lo tanto, el acceso a la información es limitada, ya que estos aparatos no tienen acceso a las necesidades que nos rodean, entonces no hay más opción que sentarnos a introducirle toda la información para luego retroalimentarnos.
Esto no pasaría si avanzamos a un mundo donde existe la comunicación entre los mismos equipos. Las empresas fabricarán productos con sensores internos que se encargarán de asistirnos. Si su cocina está a punto de averiarse, inmediatamente informará al proveedor sobre la pieza que hay que sustituir.
Se podrá administrar nuestra vida de forma más eficiente? La respuesta es positiva. Tendremos que acostumbrarnos a los nuevos atributos de la interfaz, que el calzado funcione no solo para proteger los pies al caminar, sino que arroje datos de conteo de pasos, índice de masa corporal, peso, etc. Podemos conectar todo lo que queramos, y aunque esta información es privada tenemos la opción de compartirla con personas e instituciones encargadas de hacer el respaldo y diagnostico externo.
Los pronunciamientos por parte de las marcas asegurando evitar un colapso en el flujo y métodos de información es aun débil y la cualidad de la confianza es determinante al momento de la aceptación del consumidor. En todo caso damos por hecho que la tecnología también adapta sus software para que de alguna manera interpreten el comportamiento humano y ejecute acciones de protección a nuestro entorno íntimo para decantar lo que no nos conviene antes que se haga público. . No obstante, la acelerada actualización de sus aplicaciones es un compromiso de que podemos estar blindados ante una posible invasión a nuestra privacidad.-
