España es uno de los principales impulsores europeos de la energía solar fotovoltaica, según afirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Programa de Sistemas de Energía Fotovoltaica (PVPS). Y lo es, en gran medida, gracias a la industria, aunque también hay que sumar las instalaciones domésticas.
El informe Snapshot of Global PV Makrets, publicado por AIE y PVPS, la energía solar fotovoltaica fue responsable de dos tercios de la nueva capacidad renovable instalada en 2022 a nivel mundial. Todos estos datos sirven para poner de manifiesto que existe un interés generalizado por esta tecnología, ya que se considera como una gran herramienta para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Ante este panorama han aparecido en los últimos tiempos fórmulas novedosas que satisfacen los objetivos tanto de los productores como los de los consumidores de esa misma energía. Hablamos en este caso de los contratos PPA, que corresponde a las siglas en inglés Power Purchase Agreement.
¿Qué son los contratos PPA?
Estos acuerdos vinculan a un productor de energía renovable, en este caso una instalación fotovoltaica, con una empresa que necesita esa energía para su actividad. En el contrato se establece que el productor se encarga de toda la instalación, luego no obliga al comprador a una inversión inicial.
Los contratos son a largo plazo, la empresa que recibe esa energía solar se compromete a pagar toda la producción de la instalación fotovoltaica durante un tiempo que va de los 10 a los 20 años, a un precio establecido en el propio contrato y que dependerá de determinados factores. Esta tarifa puede ser fija o ajustable.
Estas operaciones aseguran que el productor de energía renovable va a recibir ingresos estables y predecibles durante toda la duración del contrato, lo que le permite tener cash flow y financiar las instalaciones de paneles solares y los gastos a cubrir.
Por su parte, el cliente recibe energía solar de manera estable a un precio competitivo durante un lago periodo de tiempo. A su vez, como la duración de estos contratos no suele superar los 20 años, una vez pasada este límite, la propiedad de la instalación pasa a ser del cliente, y por lo general, sigue siendo rentable, ya que los paneles solares pueden alcanzar una vida útil de 30 años.
¿Qué factores hacen interesantes a los contratos PPA?
Los contratos PPA son un win win tanto para la empresa de energía renovable como para comercios y negocios que quieren echar mano de la solar fotovoltaica para generar electricidad. Estos últimos no tienen que realizar una potente inversión inicial, ya que el proveedor asume los costos de instalación y mantenimiento.
Asimismo, el comprador paga una tarifa acordada inicialmente por la energía generada. Este precio suele ser muy competitivo y estable, lo que ayuda a la empresa a planificar su presupuesto con mayor precisión.
En los aspectos vinculados al medio ambiente, las empresas que se adhieren a estos contratos cambian buena parte de su utilización de energía por las fuentes renovables, lo que se traduce en una reducción importante de la huella de carbono y en menores emisiones de CO2 a la atmósfera.
Por otra parte, los contratos PPA son escalables, lo que implica que se ajustan a las necesidades de las empresas cuando estas están en pleno proceso de expansión o crecimiento. Y si la compañía decide cambiar de instalaciones o las vende, estos mismo contratos pueden trasladarse a los nuevos propietarios.
¿Qué ganan las empresas productoras con los contratos a largo plazo?
Las empresas que ofrecen este tipo de contratos, como Geesol, lo que consiguen es certeza. En su caso hablamos de una compañía referente en el sector de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo solar.
Hasta la fecha ha cerrado más de 5.000 proyectos de autoconsumo con placas solares tanto para particulares como para empresas de Andalucía y la Comunidad de Madrid. Geesol trabaja con componentes de primeras marcas que le llevan a ofrecer hasta 25 años de garantía en sus proyectos y un trato excelente al cliente.
Es justo este último punto, la utilización de materiales de primera calidad, duraderos y resistentes, otro potente motivo para prestar atención a los contratos PPA. Al final, las empresas que reciben energía renovable firman compromisos que van de los 10 a los 20 años, sin ningún tipo de inversión inicial, y una vez transcurrido este plazo, toda la producción restante, en torno a más de una década, es totalmente gratuita.
Por último, los PPA pueden acogerse a beneficios fiscales y atraen el interés de potentes inversores, lo que ayuda a transitar hacia una economía y un planeta más sostenible en el presente y el futuro.
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