Exposición del producto
El revelador de humo Smockeo trae consigo una caja de cartón cuadrada cubierta de una “camisa”, asimismo de cartón, que os brinda todo tipo de datos sobre el aparato, entre esos su autonomía de manejo de 5 años.
En la caja adecuadamente mencionada os hallan con el detector Smockeo, un soporte de unión esférico de plástico, una pila alcalica de 9V (modelo GP1604A), 2 tornillos y 2 tacos con una guía de usuario (en vuestro caso en francés), con detalles significativos no sólo sobre la disposición y aceleración del producto, sino que asimismo sobre su sustento, su sociedad con otros reveladores Smockeo y sus contextos de manejo (no funciona para una autocaravana, por ejemplo).
En lo que se menciona al aparato en sí, es de plástico blanco (ABS) y su forma es redonda. Mide 12 cm de diámetro y unos 5 cm de grosor detallando con el soporte.
Si se le compara con detectores de humo Z-Wave, se ve que es muy semejante en tamaño al detector de humo con sirena de la marca Popp en cuanto a su línea, pero realmente más grueso que éste. Y confrontado con el sensor de humo de Fibaro, la discrepancia radica que es aún más significativo, como se puede ver en la fotografía anterior.
Por su parte superior, el terminal posee una especie de rejilla por debajo de la cual se halla el zumbador, así como un botón de prueba y un LED señalador de estado.
Si se le da la vuelta, hallarán el compartimiento de la pila y una etiqueta con datos sobre el producto, entre esos el código de aceleración del terminal, que se requiere para su puesta en servicio.
En sentido con sus componentes internos, se subraya el poderoso zumbador de 85 dB y, claro, una tarjeta de comunicaciones compatible con Sigfox.
El terminal trae consigo una serie con 2 años de cobertura Sigfox, en el cual hay que renovar el contrato a la red para continuar tomando avisos del sensor de humo. La reforma tiene un precio de 6 euros al año. Hay que señalar por otra parte que la tecnología Sigfox no lleva capacitada el manejo de una tarjeta SIM.
