El concepto de El Internet de las cosas va de la mano con la domótica, ya que se basa en la interconexión digital de todos los equipos y elementos que nos rodean y que son de uso cotidiano, como lámparas lavadoras, secadoras equipos y partes del vehículo, centros de entretenimiento, sistemas de riego y hasta accesorios personales. Es la tendencia tecnología que domina el mundo actual. El flujo de actividades que se manejan a diario por las personas, se pueden optimizar con dispositivos canalizando de esta manera la automatización de los diversos campos del quehacer humano.
“La internet de las cosas” es la cualidad que deriva de disponer de todas estas herramientas de forma amigable, con la principal finalidad de incrementar el ahorro y la eficiencia en los procesos. Hasta hace poco prevalecía una dicotomía entre estas dos cualidades, que afortunadamente gracias a la tecnología podemos cumplir las metas y utilizar solo una fracción del tiempo anterior. Ya que avanzamos hacia un mundo proyectado a que la totalidad de los recursos provengan de conexiones al ciber espacio, y la industria, la salud, la seguridad, el hogar, el deporte, tendrán aplicaciones ilimitadas.
Dominios, aplicaciones, protocolos y actualizaciones son palabras que se adaptaron al glosario común y las podemos escuchar con normalidad en una reunión de varios niños, jóvenes e incluso personas de la tercera edad que atribuyen a la tecnología una alternativa de confort y calidad de vida. Asumimos que desde siempre en casa nos apoyamos en electrodomésticos, y artefactos eléctricos para lavar, cocinar o entretenernos con música o televisión, y que nuestros equipos funcionan tradicionalmente conectados al cableado eléctrico, esto es lo que hasta ahora conocíamos como confort. Ahora bien, en la actualidad dichos objetos seguirán funcionando pero conectados a una interfaz, de forma inalámbrica. La domótica le añade otro significado a la palabra libertad.
Existen empresas que patrocinan vídeos con demostraciones que ilustran el comportamiento de una familia apoyada en los nuevos asistentes del hogar. La nevera nos sugiere qué podemos preparar con los ingredientes almacenados, la cocina se enciende al contacto con el metal de las ollas, la tabla de picar los alimentos indica las calorías de los vegetales. Aparece una ventana emergente en la tv avisando que ha llegado la visita o que está comenzando a llover y debemos cerrar las ventanas.
Pero no estamos solos, nuestra casa, y el urbanismo donde se circunscribe están vinculados a la red, que recopila y mantiene el flujo de información constante, destacando que existen normas y regulaciones por parte de las compañías y a nivel institucional que protegen la intimidad del individuo e impiden que se vulnere su privacidad. Es entonces cuando nos envían el producto a la puerta, recibimos una llamada confirmando que hay un desperfecto en la conexión del gas o el medico envía un nuevo programa de dieta y ejercicios basados en los muestreos diarios. Toda esta información que nos cautiva en este instante muy pronto será insipiente, ya que los empresarios de la industria estiman estadísticas acerca de que el tráfico de datos móviles se va a multiplicar por diez en tan solo 3 años.
