Los poderes de la luz LED, en contra de los signos del envejecimiento

Los poderes de la luz LED
Los poderes de la luz LED

Con una lechuga romana común se demostró que los poderes de la luz LED no solo sirven para ahorrar en la factura de la electricidad. El astronauta estadounidense Scott Kelly y su equipo hicieron posible esto a través del proyecto VegOne impulsado por la NASA.

Ellos fueron capaces de crear las condiciones necesarias para que una lechuga romana común llevara la fotosíntesis. En este sentido, con el ambiente adecuado logró crecer normalmente irradiándola con LED, rojo, azul y verde. De hecho, al degustarla probaron que la fotoestimulación cromática con esta tecnología tenía la capacidad de provocar actividad celular. En pocas palabras ayudaba a la generación y regeneración de tejidos.

Según María Jesús Herranz la terapia con luz LED aumenta la producción de ATP y  ¿qué es la ATP?  Es una molécula que brinda energía a las células que se van deteriorando con la edad. Motivo por el cual aparecen los signos de envejecimiento. Herranz es la responsable de la formación de la marca de cosmética Carita.

Los poderes de la luz LED. El gran inicio

Los poderes de la luz LED
Los poderes de la luz LED

Para 1998 la NASA logró desarrollar fuentes de LED estables, poderosas y de diferentes colores. El primer color aplicado en la práctica fue el rojo y el infrarrojo cercano. En efecto, con estos conseguían reducir el dolor y ayudaban en la curación más rápida de heridas y quemaduras. Por otros lados, los pioneros en usar este tipo de tecnología fueron los astronautas. Actualmente son múltiples las aplicaciones para la salud y la belleza de la piel.

Mossum K Sawhney y Michael R. Hamblin han realizado un seguimiento exhaustivo de las terapias con LLLT en dermatología estética. Ambos pertenecen  al Hospital General de Massachusetts y a la facultad de Medicina de Harvard respectivamente. De hecho, la técnica LLLT es llamada en español Terapia Láser de Baja Intensidad y sus aplicaciones terapéuticas se utilizan en:

  • Las fuentes de luz no térmicas.
  • Coherentes (láseres) o no coherentes.
  • De lámpara filtrada o
  • De diodos emisores de luz (LED).

Finalmente, estas contribuyen a: reducir el dolor y la inflamación, acelerar la reparación de los tejidos, regenerar tegumentos y nervios y prevenir el daño tisular.