Un programa que puede considerarse un artista autónomo
En el Laboratorio de Arte e IA de Rutgets se creó un programa que casi podría considerarse un artista autónomo. Ha aprendido los estilos y la estética actuales logrando generar por si sola imágenes innovadoras. Las personas les gustan verdaderamente el trabajo de AICAN que no consiguen distinguirlo del artista humano. Sus obras han sido exhibidas en todo el mundo. Una de ellas se vendió incluso en una subasta por 16.000 dólares.
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AICAN. La innovación es la que manda
Al diseñarse el algoritmo se tomó en cuenta la teoría propuesta por el psicólogo Colin Martindale. Esta hipótesis plantea que muchos artistas hacen atractivas sus obras rechazando formas, temas y estilos que acostumbra el público. En este caso la novedad es quien manda.
En el algoritmo se introdujeron 80.000 imágenes que representan el canón artístico occidental en los últimos cinco siglos. Cuando se programa el AICAN se emplea el algoritmo llamado la “red creativa contradictoria”. Esta obliga al programa a enfrentarse a dos fuerzas opuestas. En un extremo intenta entender la estética de las obras de arte que ya existen. Mientras que por el otro extremo será penalizado si, al crear una obra emula cerca un estilo establecido. Asimismo AICAN asume lo denominado por Martindale como “principio del mínimo esfuerzo”. El cual sostiene que demasiada novedad molestará a los espectadores.
Esto va a garantizar que el arte sea novedoso pero tampoco se apartará mucho de lo que se considera aceptable. Lo ideal es que se crea algo nuevo considerando lo que ya existe.
Es capaz de juzgar la creatividad de sus obras
Con solo pulsar una tecla la maquina es capaz de crear una imagen imprimible. Sus obras sorprenden por su amplitud, complejidad y variación. AICAN puede juzgar lo creativa que es cada una de sus obras. Lo hace utilizando el trabajo previo sobre la cuantificación de la creatividad. Ya que ha aprendido los títulos usados en el pasado por artistas e historiadores del arte, el algoritmo puede incluso dar los nombres de las obras que crea. Una de ellas la llamo Orgia y la otra La playa de Pourville.
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